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Posidonia oceánica: el almacén de carbono orgánico

Más allá de su papel ecológico, la Posidonia oceánica es un almacén crucial de carbono orgánico, conocido como "carbono azul"

La Posidonia oceánica es una planta marina endémica del Mar Mediterráneo que juega un papel crucial en la preservación de los ecosistemas acuáticos y los sistemas dunares. Esta especie vegetal no solo es vital para la biodiversidad marina, sino que también tiene una importancia significativa como almacén de carbono orgánico, lo que la convierte en una herramienta esencial en la lucha contra el cambio climático y en el impulso de la transición energética.

La Posidonia oceánica forma extensas praderas submarinas que son consideradas uno de los ecosistemas más importantes del Mediterráneo. Estas praderas proporcionan hábitat y refugio a una gran variedad de especies marinas, incluyendo peces, invertebrados y algas. Al albergar tanta diversidad de vida, las praderas de Posidonia actúan como «hotspots» de biodiversidad, sosteniendo tanto la cadena alimentaria marina como las pesquerías locales, esenciales para la economía y la alimentación humana.

Además, estas praderas desempeñan un papel protector para las costas. Sus densas hojas y raíces ayudan a estabilizar el fondo marino, reduciendo la erosión y protegiendo las playas de la acción de las olas y las tormentas. Este proceso también contribuye a la formación y mantenimiento de los sistemas dunares, que son barreras naturales contra la erosión costera.

La capacidad de la Posidonia oceánica para capturar y almacenar carbono orgánico la convierte en un valioso aliado en la lucha contra el cambio climático. Las praderas de Posidonia pueden acumular grandes cantidades de carbono en sus raíces y en el sedimento que las rodea, un fenómeno conocido como «carbono azul». Se estima que pueden almacenar hasta 10 veces más carbono por unidad de área que los bosques terrestres, lo que resalta su potencial en la mitigación de las emisiones de gases de efecto invernadero.

La preservación y restauración de estas praderas submarinas podrían ser estrategias efectivas para reducir la cantidad de CO2 en la atmósfera, contribuyendo así a los esfuerzos globales para mantener el aumento de la temperatura mundial por debajo de 1.5 grados Celsius, tal como se establece en el Acuerdo de París.

Como individuos, podemos contribuir de manera significativa a su preservación a través de acciones cotidianas. Cuando reduces, reutilizas y reciclas evitas que los residuos acaben en las praderas submarinas. Ahora que llega la temporada de playa y de disfrutar en entornos naturales como ríos y lagos, no olvides recoger los residuos que generas.