Visitando los centros educativos de Castilla-La Mancha comprobamos como los más pequeños se implican en el cuidado del medioambiente. Las acciones de educación ambiental para niños y niñas son una forma efectiva de enseñarles y fomentar hábitos sostenibles desde temprana edad. Cada vez son más los profesores y profesoras que promueven iniciativas para que el alumnado se implique y conozca cómo aportar su granito de arena.
Compostaje en la escuela
La implicación en las aulas va más allá de la separación de materiales, algunos se atreven con el compostaje. El compostaje es un proceso natural en el cual los desechos orgánicos, como restos de alimentos, hojas y ramas, se descomponen y se convierten en un fertilizante natural y rico en nutrientes.
En este caso, os enseñamos una estación de compostaje el patio escolar del IES Airen en Tomelloso (Ciudad Real). De esta manera, el alumnado deposita los restos orgánicos (sobre todo de origen vegetal) que se producen en el comedor. El compostaje es un aforma de contibuir al reciclaje y a la gestión de residuos orgánicos, también llamados biorresiduos que generamos en el día a día.
¿Qué hace falta para compostar?
Para empezar, es importante establecer un equipo o comité de compostaje compuesto por estudiantes, maestros y personal de mantenimiento. Este grupo puede trabajar juntos para diseñar e implementar un programa de compostaje en la escuela.
El primer paso es identificar un lugar adecuado para el compostador. Debe ser un lugar accesible y seguro para los estudiantes y el personal de mantenimiento. El compostador también debe estar alejada de las áreas donde se preparan los alimentos para evitar malos olores.
Una vez que se ha identificado el lugar adecuado, se puede comenzar a recolectar los desechos orgánicos de la escuela. Se pueden utilizar recipientes específicos para la recolección de estos desechos y se pueden colocar en áreas comunes como las cocinas y los comedores.
Es importante educar a los estudiantes sobre los tipos de desechos que se pueden compostar, como restos de frutas y verduras, cáscaras de huevo y hojas secas. También es importante enseñarles sobre lo que no se puede compostar, como productos lácteos y carnes.
Una vez que se ha recolectado suficiente material orgánico, se puede comenzar a construir el compostador. Esto puede ser un proyecto divertido y educativo para los estudiantes. Se pueden utilizar materiales reciclados para construir el compostador y se pueden decorar con murales o carteles educativos.
Finalmente, es importante monitorear el compostaje para asegurarse de que está funcionando correctamente. El compost debe mantenerse húmedo pero no demasiado mojado, y se debe mezclar regularmente para asegurarse de que se esté descomponiendo adecuadamente.
En resumen, el compostaje en centros educativos es una excelente manera de enseñar a los estudiantes sobre la importancia de la gestión de residuos y el cuidado del medio ambiente. Con la participación de estudiantes, maestros y personal de mantenimiento, se puede construir una compostera en la escuela y enseñar a los estudiantes sobre el proceso de compostaje y cómo pueden ayudar a reducir los residuos y crear un fertilizante natural y rico en nutrientes.